Esta foto es de un día que invitamos a nuestro piso a nuestros vecinos estudiantes para abrir lazos en el edificio, yo hice un bizcocho (mi especialidad :)) . Aprovecho esta entrada para presentaros a dos de mis compañeros de piso que salen en la foto; Lina, la chica que me rodea con el brazo, colombiana de nacimiento que vive en Alemania desde hace seis años, viene de intercambio a Santiago a estudiar sociología y ciencias políticas y Benjamín, debajo de mí, de Antofagasta, ciudad del Norte de Chile, la zona desértica del país. Los otros tres chicos son nuestros vecinos, dos chilenos y un francés.
jueves, 30 de agosto de 2007
domingo, 12 de agosto de 2007
Blanch pisa los Andes!!
Otra de las asignaturas que tengo aquí en la Universidad es Montañismo. Pensareis, ¿qué tiene que ver con la arquitectura? bueno es que aquí ofrecen asignaturas de deportes, porque con tanto Autocad se nos va a quedar el culillo plano; mens sana in corpore sano, olé la mentalidad chilena. La asignatura tiene clases teóricas y excursiones todos los sábados, no vayais a pensar que son créditos regalados, aquí cuesta sudor y lágrimas (y también agujetas) conseguirlos.
Este sábado día 11 hicimos la primera excursión al cerro Pochoco que está a 1700 metros de altura. A pesar de que subimos un desnivel de 800 metros, conseguimos hacerlo en sólo hora y media y es que el camino era más empinado que la cuesta del Rebetillo de mi pueblo. Un camino lleno de emocines, nieve, barro, rocas por las que íbamos trepando, como una fila de hormigas, las 30 personas que conformamos el grupo, comandadas por el profesor Jorge Quinteros, un reconocido escalador que hasta aparece en el Google, todo en personaje.
La cima resultó un perfecto mirador para contemplar tanto la ciudad de Santiago con su famoso smog al oeste, como algunos de los picos más importantes de la cordillera andina hacia el este. Mientras recargaba energías, escuchaba al profe contar aventuras de sus expediciones. Pronto seremos nosotros los protagonistas, ¡qué ganas! esto es sólo el principio.
Este sábado día 11 hicimos la primera excursión al cerro Pochoco que está a 1700 metros de altura. A pesar de que subimos un desnivel de 800 metros, conseguimos hacerlo en sólo hora y media y es que el camino era más empinado que la cuesta del Rebetillo de mi pueblo. Un camino lleno de emocines, nieve, barro, rocas por las que íbamos trepando, como una fila de hormigas, las 30 personas que conformamos el grupo, comandadas por el profesor Jorge Quinteros, un reconocido escalador que hasta aparece en el Google, todo en personaje.
La cima resultó un perfecto mirador para contemplar tanto la ciudad de Santiago con su famoso smog al oeste, como algunos de los picos más importantes de la cordillera andina hacia el este. Mientras recargaba energías, escuchaba al profe contar aventuras de sus expediciones. Pronto seremos nosotros los protagonistas, ¡qué ganas! esto es sólo el principio.
Viaje a Lota
Entre las asignaturas que he cogido en la Universidad está Taller de Diseño Arquitectónico 4, lo que en España vendría a ser Proyectos 4. En ella estamos trabajando en Lota, un pueblo que se encuentra a 7 horas yendo hacia el sur de Chile desde Santiago. Fuimos a visitarlo gracias a una empresa de construcción Chilena (nos pagaron el viaje y nos invitaron a cenar, un chollo).
Ahora un poquito de historia. Lota es un pueblo costero, que fue uno de los focos productivos más importantes del país por la extracción de carbón. Se decía que Lota tenía carbón para abastecer a todo Chile. La ciudad creció de forma sorprendente y daba trabajo a cientos de mineros que con su esfuerzo extraían el carbón. Sin embargo, la aparición de nuevas energías como el petroleo hizo que este pueblo que se alimentaba básicamente de sus minas y chiflones se viniera a pique poco a poco, hasta el punto que resultaba más económico comprar el carbón que producirlo. Por ello en 1997 se cerró la mina, dejando a miles de obreros sin trabajo y a la ciudad sin fuente de recursos. Ahora Lota parece detenida en el tiempo. El explendor del que gozó un día se va marchitando sin que parezca existir un remedio.
Mi primer viaje por Chile, un pueblo inolvidable.
Ahora un poquito de historia. Lota es un pueblo costero, que fue uno de los focos productivos más importantes del país por la extracción de carbón. Se decía que Lota tenía carbón para abastecer a todo Chile. La ciudad creció de forma sorprendente y daba trabajo a cientos de mineros que con su esfuerzo extraían el carbón. Sin embargo, la aparición de nuevas energías como el petroleo hizo que este pueblo que se alimentaba básicamente de sus minas y chiflones se viniera a pique poco a poco, hasta el punto que resultaba más económico comprar el carbón que producirlo. Por ello en 1997 se cerró la mina, dejando a miles de obreros sin trabajo y a la ciudad sin fuente de recursos. Ahora Lota parece detenida en el tiempo. El explendor del que gozó un día se va marchitando sin que parezca existir un remedio.
Mi primer viaje por Chile, un pueblo inolvidable.
jueves, 9 de agosto de 2007
El número 0 en Chile
Entre las curiosidades que se descubren estando en un país nuevo, he encontrado algo muy extraño aquí; el concepto que tienen del número cero. Parece que no sienten la necesidad de usar un número que signifique ausencia de cantidad. Por ejemplo, en las notas de la universidad se puntúa de 1 a 7, es decir, que si te presentas a un examen y lo dejas en blanco, tu nota será un 1, curioso ¿no? es una buena nota de consolación. Otro ejemplo es la numeración de los pisos en los edificios. No existe la Planta Baja, el piso que está a nivel de calle se llama Primer Piso y el inferior es la Planta -1. Se han saltado un nivel ¿no? :D
Y eso que según la Wikipedia el número cero lo inventaron los Mayas. Parece que los Andes suponen una gran barrera al fin y al cabo.
Y eso que según la Wikipedia el número cero lo inventaron los Mayas. Parece que los Andes suponen una gran barrera al fin y al cabo.
lunes, 6 de agosto de 2007
Cruzando los Andes
Después de 18 horas de oscuridad, asientos incómodos y comida de avión, llegó por fin un premio. Se hizo de día y el avión ascendió para cruzar Los Andes, que parecían no acabar nunca. Filas y filas de montañas nevadas que desafiaban al típico paisaje de nubes que se suele ver desde los aviones, sobresaliendo y mostrando lo increíblemente bella que puede llegar a ser la naturaleza.
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